El Oido

Vídeo digital dentro de instalación.

Esta obra se centra en un análisis de las acciones cotidianas básicas; las que un individuo necesita para desarrollarse física y psicológicamente.

A través de este video se subraya la imprescindible ceremonia diaria que realizamos de manera inconsciente y las acciones físicas mecánicas ligadas a este proceso. Todo ello queda subrayado mediante la desubicación que produce en el espectador la desunión de dos sentidos fundamentales.

Nuestra realidad, en este caso, la determina el ritmo de la sociedad contemporánea, implicando una serie de pautas a seguir en la realización de la obra: doce acciones consideradas básicas para resumir un día cualquiera en la vida de una mujer (doce meses, doce horas del reloj, etc.) y la necesidad de dividir y organizar el tiempo. El proyecto está realizado en un sentido cíclico –que alude a la rutina- y medido de acuerdo a la realidad espacio temporal de la sociedad occidental (basándonos en el lenguaje publicitario televisivo, se realizan secuencias de treinta segundos cada una, haciendo referencia al modo actual de leer los mensajes visuales dinámicos).

Las imágenes están poco depuradas y son en blanco y negro, lo que ayuda a centrar la atención en los hechos concretos que suceden en la pantalla y se acerca la obra al espectador para que se sienta identificado. El formato del cuadro es reducido y con un margen negro alrededor para crear un “efecto ventana”, que invita al espectador a asomarse.


Duración 6´48´´

La Vista

Serie de 5 fotografías digitales sobre soporte de DM.

A partir de lo explicado anteriormente, en este caso la obra se centra en los objetos domésticos. Se analiza su importancia y lo que aportan estando en su ámbito dentro del hogar y como se integran en otro espacio que no es el habitual, pues la sociedad destina un lugar para cada cosa.

Recreando ambientes fuera de nuestro tiempo inmediato, pero sin dejar de referirse a nuestra época contemporánea, las cinco fotografías reflejan las habitaciones consideradas como principales en una casa.

El formato de la imagen es de proporciones áureas con el fin de proporcionar dinamismo a la imagen y crear un sentido de recorrido dentro de ella.

Las fotografías en color tienen una iluminación artificial que ayudan a realizar una lectura cotidiana de la imagen y crean un ambiente recogido, además se les ha dado un tratamiento no profesional para provocar que el espectador se acerque más a la obra.


Dimensiones de cada fotografía: 25x42cm

El Cuerpo Herido

Serie de 9 impresiones láser intervenidas sobre papel reciclado.

Las formas del cuerpo humano las percibimos de manera diferente en base al tipo de iluminación, la situación de ésta y su intensidad.

El cuerpo es creador de luces y sobre todo de sombras. Está formado por zonas de oscuridad confusas que lo convierten en un ente abstracto; se mantiene en continua tensión -fluye, alterna y cambia- y a niveles atómicos, en realidad se trasforma continuamente, aunque nosotros no lo percibamos. Es por ello que un mismo cuerpo puede modificarse a los ojos del espectador, dando la sensación incluso de parecer cualquier otra cosa; se convierte en una parte, que no ha perdido sus contornos del todo y nos lleva a rememorarlo.

La temporalidad, la inestabilidad y la finitud como cualidades del ser humano, son los motivos principales que me han llevado a la realización de esta obra. Con los primeros planos y planos-detalle se crea un universo fragmentado que nos deja ver "a ras de piel", y desvela su verdadera naturaleza mutable, sustrayéndolo de su ancestral carácter sagrado y de su capacidad unificadora, profanando y desvirtuando esa imagen.

Dimensiones: 29X42cm cada una

Al Trasluz

Serie de 10 fotografías digitales sobre cartón pluma blanco.

Una vez más pretendo llevar a la reflexión sobre lo que "vemos". La estética del cuerpo, la idea de belleza en nuestra sociedad, la influencia de la educación visual -tanto a nivel formativo, como a través de los medios de comunicación- configuran y condicionan nuestra forma de mirar el mundo.

En esta serie pretendo hacer alusión a la cultura clásica, pero vista desde la mirada contemporánea, o lo que es igual, admirar la belleza de un cuerpo "amputado",  pero sin ser conscientes de ello. Nuestro cerebro completa las partes, imaginándolo completo, perfecto, platónico e idealizado.

En esta obra se hace patente que los cuerpos son de carne y hueso, y no esculturas de piedra, lo que se ve existe en vida. Pero no es solo carne, parece una mujer que entabla un dialogo con su madurez física -con respecto al sexo y la auto masturbación- y emocional, específicamente asociada a los conflictos psicológicos que pueden surgir con respecto a su identidad y condición.

Lo codificado como masculino aparece complementando a la mujer, influyendo en su carácter y desarrollo, pero las barreras y muros como tema que se repite, aluden a la represión y las trabas para llegar a esa realización. Precisamente estos muros -ya sean sociales, éticos y morales, religiosos, culturales, políticos...- son los que le impiden ver más allá.


Dimensiones de cada fotografía: 12x27 cm

Vísceras

Serie de 3 fotografías digitales sobre cartón pluma negro.

El cuadrado como formato y forma de unidad, de ser único y de individuo, nos lleva al retrato del interior.

La vida se compone de pequeñas piezas, retazos que van modelando nuestra personalidad y, como si de una instantánea hecha de varios fragmentos se tratase, capturamos ese instante.

A través de cada objeto -como significado de un momento que no se volverá a repetir, que esta ahí de manera única, por el lugar y la forma en que esta dispuesto por si solo y en relación con el resto- percibimos una visión más íntegra del otro. Aun así, igual que las vísceras, pocas cosas son tan imprescindibles para uno mismo. Son estas las que tienen un valor intrínseco, por la historia personal que contienen y nos contiene, como si ya fueran parte de nuestro sistema límbico. Lo demás es necesario pero suplementario, porque al final lo que nos sustenta es otra cosa.

El interior, a la vez, es un reflejo de la vida que llevamos. El ajetreo y la acumulación de objetos que está tan instaurada en el diseño del mundo occidental, nos lleva a depender en gran medida de ellos. Los objetos forman parte de nuestro yo, de manera que cuando ya no existimos nos seguimos proyectando en ellos y, al haber formado parte de nuestra vida, pueden traerle a la memoria a alguien que nos conoció una escena, una palabra, un gesto, que perdurará más que nosotros en el tiempo y que a la vez adquiere un nuevo valor para ese otro. De este modo existimos porque nos recuerdan y recordamos al mismo tiempo.


Dimensiones de cada fotografía: 40x40cm

La Virtud

Maqueta para una instalación interactiva.

La obra esta basada en experiencias reales, o que podrían serlo, ya que están contadas a modo de documental por la protagonista, en formato de audio. Ella misma nos relata escenas de su vida, la vida de una mujer occidental contada a través de objetos que tienen una historia importante detrás.

Estas experiencias son recordadas con añoranza o con pesar y por alguna razón no se olvidan, aunque el referente que las compone no exista más que en nuestra memoria.

Se crea un lugar íntimo y cercano, en el que la voz dota a la obra de significado. Esto plantea cuestiones, cómo la forma en que se construye nuestra identidad, a través de signos particulares cargados de historia.

Huellas en la Arena

15 impresiones láser en papel reciclado, sobre 3 módulos de aglomerado de 6mm, ensamblados con un bastidor de madera.

Esta obra entabla un diálogo con el espectador y le invita a reflexionar sobre el hundimiento del petrolero Prestige frente a las costas gallegas.

Las huellas, se pasean por la arena sin mirar hacia atrás y por encima de las ayudas sociales; aludiendo a los responsables y a quien quiera sentirse aludido.

Para la realización de las huellas se utilizaron restos chapapote de las costas de Cantabria, recogidos todavía dos años después de la catástrofe, evidenciando el desastre ecológico que supuso y la falta de previsión por parte de los responsables.


Dimensiones máximas: 145x116cm